MOTIVACIONES
Y
PRESENTACIÓN
Hace unas décadas, el Ministerio de Educación Pública, previo dictamen
favorable de su Consejo Técnico, autorizó la publicación y auspició a su vez, por
medio de su editorial “José de Pineda Ibarra”, en el año 1961, la impresión de mi
pequeño libro, MONOGRAFIA DEL MUNICIPIO DE EL JICARO; título tal vez un tanto
inapropiado, porque su contenido se extendía más allá de un solo tema, pero al fin y al cabo un libro y un objetivo cultural
logrado, situación de la que pasó inadvertido el ente gubernamental que la
revisó, quedando en consecuencia registrada oficialmente, con la clasificación:
ME 917.28153 C335, 6, “colección de monografías”.
En su presentación al estimado público lector, se señalaba claramente, que salía a luz
pública la pequeña obra, sin presunciones de ninguna índole, no como obra literaria en el sentido estricto de
la palabra, por el contrario, como un pequeño ensayo motivado por una
inspiración, quizás un sueño, convertida luego en vivo deseo acariciado por
años, de dar a conocer lo nuestro, valga decir, escribir algo sobre el
municipio, en los diversos aspectos que lo conforman, desde su fundación hasta
nuestros días, resaltando en lo posible: lo geográfico, histórico y cultural. Y
al percatarme asimismo, de la existencia de estudios de igual naturaleza en otros
municipios de la república y, por ende, era preciso realizar el nuestro, como
imitación de buen ejemplo, con la inquietud que mueve a la juventud soñadora,
de hacer algo positivo, cuando se siente muy dentro el orgullo por la patria
chica, en donde se tuvo el privilegio de
haber nacido y desarrollado felizmente la niñez y adolescencia, al lado de los
seres queridos y paisanos en general, cuyas vivencias, que penetran lo más
hondo de mi ser, forman parte del haber de mi existencia, que me han animado a
seguir adelante, sopesando alguno que otro obstáculo de la vida cotidiana.
Y ¿por qué no decirlo?, lo escrito también, como una satisfacción
personal, al haber logrado las tan ansiadas aspiraciones humanas que individuos
algunos, desean alcanzar en su paso por la vida, cuales son: la natural misión
de procrear hijos y formarlos; plantar árboles y jamás derribarlos; escribir un
libro o algo por el estilo, y practicar
el bien común, como un ejemplo para la colectividad, como casi lo confirma una
célebre y controvertida frase acuñada por alguien autor desconocido,
probablemente de origen chino o Islámico, que
menciona precisamente esos
conceptos, como anhelo o provecho de vida, ampliamente conocidos en el campo de
los proverbios.
Y además, para evitar y asegurar a la vez, que hechos acontecidos, al
no relatarse y escribirse a su debido tiempo, desaparezcan sin dejar huellas
del entorno cultural, en razón de que la acción implacable del tiempo lo
extermina todo, si no se actúa, con los consiguientes lamentos después, porque:
¿cómo no quisiéramos nosotros hoy, retroceder en el tiempo, para conocer a
ciencia cierta nuestra interesante historia?, con mayor interés, lo que esta vasta región fue en la época pre
hispánica?, que ahora, escudriñamos a medias, dando palos de ciego como dice el
dicho, sin mayores elementos de juicio,
que los mínimos encontrados. Clareo está, que en esa época, no existían los
medios adecuados para dejar constancia de los hechos, excepto las costosas referencias
rupestres, en esculturas, jeroglíficos o lienzos de papiro, de las cuales aquí
no hay evidencias, solo montículos en
cantidad, y la tradición oral guardada en los archivos del tiempo, transmitida
de generación en generación, que constituye buena fuente de información, pero
con el riesgo de tergiversarse o alterarse los hechos reales, con el paso de
los años, o en el momento mismo de su explicación a medias, o sin ninguna o
poca consistencia.
Del librito mencionado, fui objeto de algunas críticas, en su mayor
parte positivas, sanas y de reconocimiento, y otras negativas, reducidas estas
últimas a simples murmuraciones, que por ser feas formas de conducta humana,
carentes de importancia, caen por si solas en el vacío, considerándolas, antes
bien, producto de la ignorancia y, para mí en lo particular, gajes del oficio.
En el pueblo ha habido otros escritores, que por humildes, tal vez de aldea,
han sido igualmente criticados por los de siempre, sin percatarse de que el
hecho de escribir un libro y hacerlo público, significa un esfuerzo positivo
digno de encomio y hasta de imitación, aun con las imperfecciones que pueda
observar, propias del quehacer humano y, por lo mismo, factibles de merecer una
dispensa o simplemente pasar desapercibidos con un chitón boca, principalmente,
si quienes censuran no son capaces de hacer lo mismo, situación que traigo a
cuenta para que aprendamos a ser correctos.
Debo de agradecer como obligado cumplido, las muestras de aliento y
felicitaciones recibidas oportunamente de muchas honorables y recordadas
personas de adentro y fuera del solar patrio, entre quienes destacan por sus
amables conceptos, las del Licenciado Carlos Jiménez Peralta, periodistas
Álvaro Enrique Palma Sandoval y Carlos Toledo Viélman, profesor Alejandro
Flores Carranza, poeta Gregorio Alvarado, Alberto Ramírez, Samuel Beltetón de
León y Domingo Castro, entre otros, a las quienes se sumó el escritor cubano
Arturo Casado San Germán, cuyo texto lo recibió de nuestra embajada en aquel
país, quien aparte de felicitarme, me solicitaba datos y el mapa sobre el
recorrido de su paisano, el bardo José Martí, a finales del siglo XIX, viniendo
de Puerto Barrios, en donde desembarcó, procedente de Cuba, a la Capital de la
República, pasando por nuestro pueblo, y de su estadía en Guatemala, gestión de
la que no pude complacerlo, por temor a represalias, debido a la tensa
situación política prevaleciente en ese
tiempo, entre el gobiernos de aquella nación y la nuestra.
A petición de numerosas personas, así como por la importancia y buena
acogida que el anterior tuvo, léase la monografía, principalmente entre la
juventud estudiosa de las escuelas del municipio, en sus distintos niveles, a quienes
dicho sea de paso, sirve aún, de texto de consulta en lo que al conocimiento
del municipio en sus variados aspectos, se refiere, con edición agotada,--
lanzo ahora a conocimiento público, para servir mejor, mi segundo libro titulado:
EL JÍCARO EN TUS MANOS, el nombre por cierto más sugerente e idóneo encontrado, que vino a
mi mente precisamente, por las referencias y énfasis que se hacen del terruño, con
temas del anterior librito incluidos, naturalmente, es decir, de la Monografía,
pero corregidos, actualizados y con mayor información sobre otros asuntos. Se
incluyen algunas anécdotas, cuentos, vivencias, aventuras y algunas “babosadas”
a propósito, algunas de cuyas frases van
salpicadas con aliño de poesía, en prosa, incrustadas en todo el curso del
libro, configuradas con los chispazos que da la testa de repente, al evocar
cosas de nuestro pueblo, todo en una mezcla del ayer y del hoy, con sabor a provincia
y medio ambiente, ¡que rico eh!, o sea, algo ameno por su contenido íntimo
local, lo cual se traduce prácticamente en una síntesis del municipio, en sus
diversos aspectos, con algo también, de lo aprendido en la universidad de la
vida, y algunos episodios en el contexto de mi realización como individuo, texto
que pongo a disposición de los estimados lectores, a la espera de que lo lean,
saquen sus propias conclusiones y por supuesto guste su contenido.
Tal compendio de cosas, me ha sido posible y resultado un tanto cómodo,
(alábate patojo, que no hay quien te alabe), por el conocimiento que
modestamente tengo del municipio, como jicareño de pura cepa, adquirido al
haber recorrido en repetidas ocasiones los puntos de sus confines,
conjuntamente con vecinos antañones, conocedores del área, autoridades locales
e instituciones especializadas en la materia, oportunidad que tuve cuando por
muchos añas fui secretario del Ayuntamiento y después Alcalde, y el grande
deseo que me ha inspirado siempre, desde mi infancia, de querer descubrir las
entrañas de lo que es nuestro, y cantarle de cierta manera a mi pueblo, de su
grandeza. El pequeño estudio sin embargo, ha sido complementado y enriquecido
en buena medida, con la oportuna y valiosa cooperación de personas bondadosas y
conocedoras del medio, al relatarme hechos de antaño que he echado a mi matate,
y la ayuda de gente joven, ahora, con motivo de esta nueva edición, quienes son
parte también de este objetivo, cuya fuente oral, lastimosamente, desaparece
con el transcurso del tiempo, y de ahí, la urgente necesidad de plasmarla en
forma escrita para su preservación y
conocimiento oportunos; Referencias adhoc, que agradezco profundamente, lo
mismo, a mis hijos expertos en computación: Jonathan Alejandro y Carlos
Randolfo Casasola Estrada, que digitaron y prepararon gustosamente este texto.
Es pues, este trabajo, una segunda meta cumplida, alcanzada con
paciencia, venciendo algunos contratiempos, que he realizado como una humilde
contribución a la cultura del municipio y de sus futuras generaciones, como una
pequeña herramienta de consulta para conocer, aunque sea en mínima parte, los
aspectos histórico geográficos que lo rodean,
y se tome conciencia de lo que es y representa el pueblo en su conjunto, para
nosotros sus hijos. Por tanto, son mis mejores deseos de que este nuevo librito
tenga buena acogida, como ocurrió enhorabuena, con mi anterior, del que tengo
conocimiento, circuló en buena cantidad y llegó a las manos inclusive de personas de algunos países
de habla hispana del exterior, gracias al Ministerio de Educación, que los hizo
llegar a través de nuestras Embajadas, según reportes y comentarios agradables
que son de mi conocimiento, por lo que el mismo forma parte modestamente del conjunto
de libros de varias bibliotecas particulares y nacionales, incluso, del
catálogo o índice de autores de obras,
del poder legislativo o Parlamento Norteamericano, hasta donde fue a parar mi
librito, supongo, por el carácter oficial del texto, hecho llegar por el mismo
canal, tal consta en página de Internet, observada dicha información, al
instante de marcar mis nombres y apellidos completos para ingresar en el
sistema.
Sin la menor pretensión de que
se confiera crédito a lo escrito por mí, manifiesto mi inconformidad con otras monografías
posteriores a la mía, por contener informaciones que no son propias ni
originales de sus autores, sino tomadas de la que yo escribí hace años, sin
citar ellos, la fuente de de información
consultada, como es lo correcto, por lo que fácilmente estarían incurriendo,
tal vez no por dolo, sino por ignorancia u omisión, en el ilícito de plagio o
contra el derecho de autor, por una parte, y por la otra, que expertos en
escribir sobre temas municipales, sin
conocer el medio, sinceramente no los hay, mucho menos por personas ajenas al
municipio contratadas para el efecto. Tal el caso de la que hizo Marlene
Mardalety Rivera Miranda, la cual, aún reconociendo lo completo del estudio, no
puede considerarse como una actualización de la mía, como ella lo indica, por
no haber contado con la autorización oficial del editor, el Ministerio de Educación Pública y
la mía, como autor, como es legal, con el agregado de haber sido contaminado el
texto de ella, con información extra, bastante maltratada y exagerada, que no
vienen al caso, por ahora, en detalle
comentar, que no es propia de una monografía seria, de su clase, alterada
supongo, por terceras personas irresponsables, sin su permiso, por lo menos la
versión libre que aparece en Internet, que no fue protegida, como es aconsejable.
En igual forma, en otra página de ese
sistema, aparecen unos relatos monográficos sobre El Jícaro, redactados por
Julio Francisco Ramírez López, quien copia literalmente con puntos y comas,
pasajes de la que yo escribí hace años, arrogándose la investigación, sin hacer la salvedad del caso; por lo que exhorto
a esos jóvenes inquietos, que cuando escriban algo derivado de consulta o
réplica de otros libros, lo hagan así constar expresamente al final, con las
observaciones pertinentes, por ética y buena fe, para su propia satisfacción y
no engañarse a sí mismo.
El prólogo lo refrendo con mi rúbrica, movido por un profundo sentimiento
de cariño que mi inspira mi pueblecito bello, en vez de cualquiera ilustre
tercera persona, que bien pudo haber sido invitado a hacerlo, valga la
modestia, y porque se trata de una pequeña obra del pueblo, que en mi criterio,
no necesita de alabanzas ni de recomendaciones para su adquisición y lectura,
por lo que espero se publicite y penetre por sí sola, principalmente por el
sello y colorido de provincia que lleva implícito y, además, porque la misma
no tiene un carácter meramente lucrativo,
reconociendo de antemano, que críticas al texto van a existir, por lo menos en
el pensamiento y en la murmuración y, que unos pocos, lo harán a priori, sin
siquiera haber leído su contenido.
Creo oportuno por último,
pedir las disculpa del caso, por la omisión de repente, de algún tema de
importancia, que a juicio de terceras personas, pudiese haber merecido su
inclusión o haya escapado a mi memoria o quedado en el tintero, como dice el
refrán, así como de posibles fallas en el uso de algunas reglas gramaticales y
algunos otros gazapos involuntarios, las que pido también, por si acaso, modestia aparte, se hubiese filtrado algo del
ego, y por la emoción también, al
escribir tan kilométrico introducción, ojalá no aburrida por eso su lectura, pero
es parte de mi desahogo sentimental al exteriorizar cosas lindas del pueblo,
donde dejé enterrado el ombligo y enterraran mis huesos también, lamentando que
muchas personas contemporáneas o de generaciones anteriores y posteriores
próximas a la mía, conocedores muchas de nuestra historia, que son ahora parte
del más allá, incluidos mis seres queridos fallecidos, no hayan tenido la
oportunidad de conocer esta pequeña obra, por la tardanza en hacerla realidad.
EL
AUTOR
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